2024 dos proyectos en estas líneas, te contamos qué pasó
INVESTIGACIÓN E HISTORIA DE ENFERMERÍA FASE II: CULTURA MATERIAL DE ENFERMERÍA
EDUCACIÓN INTERPROFESIONAL ENTRE MEDICINA Y ENFERMERÍA
DURANTE EL CONTROL PRENATAL.
Les contamos que GERCUS tiene un nuevo proceso que se activa gracias a la participación de Arturo Parada, estudiante de doctorado en Ciencias de la Educación UPTC-RUDECOLOMBIA, quien lidera un proceso sobre Educación Interprofesional y práctica Colaborativa en la atención en Salud Sexual y Reproductiva.
Este nuevo espacio para la generación y movilización del conocimiento en salud se desarrolla junto con investigadores y semillerxs de la Universidad Nacional de Colombia.
Si eres médicx o enfermerx en formación de la Universidad Nacional o de la UPTC, este podría ser un espacio para tí. Escríbenos.
☝ grupo.gercus@uptc.edu.co
Las líneas para la gestión del conocimiento en enfermería tienen como origen el trabajo mancomunado con la Fundación Index (España). Actualmente estas dos líneas hacen sinergia para cumplir con sus propósitos.
Promoción, divulgación y documentación en Enfermería
Objetivo
Formación
de líderes en gestión del conocimiento
Objetivos
-Capacitar y formar a jóvenes talentos para liderar proyectos de gestión del conocimiento sobre cuidados de salud en su ámbito regional con el fin de posicionarnos en el entorno global.
-Contribuir a la generación de conocimientos locales y a la construcción de evidencias científicas que logren visibilizarse en diferentes contextos con el fin de construir un diálogo permanente de saberes que posibiliten los cuidados transculturales.
Proyectos vigentes
Biblioteca Virtual LasCasas. 2005
Leiaska: para la promoción sostenible del conocimiento
científico entre las enfermeras de Boyacá. 2008
Leiaska II: Para la implementación de evidencias en el cuidado de la salud. 2010
Investigación e Historia en Enfermería. 2018
QUYSQUA: Dinamizando el conocimiento científico. 2018
Boletín Zujucua: pensar, opinar y conceptuar. Una herramienta
de divulgación del conocimiento. 2019
💬Tertulia de la memoria
💊Formación de Enfermeras en técnicas para la investigación
Lo que reflexionan lxs semillerxs
Hablar en tiempos de virus, iniciativa
de la Fundación Index para conmemorar los 200 años del natalicio de Florence
Nightingale.
Te compartimos aquí la carta completa
de una de las integrantes del GERCUS...
Tunja, 28 de
abril 2020
Respetada
Nightingale:
Quizás mi carta
no apunta a la misma dirección que las de otrxs, pues, sin desconocer tus
invaluables aportes, quisiera contarte hoy en día la enfermería tienen
múltiples tonalidades, y no me refiero a su uniforme.
Tu instauraste la enfermería moderna, y desde entonces los profesionales
de enfermería han buscado mantener a la vanguardia tu legado. Sabrás que no ha
sido fácil, del mundo que existía hace 200 años, queda muy poco, en muchos
sentidos, políticos, económicos, ecológicos, … y esto implicaría, claro está,
que la enfermería se transforme en igual medida.
Por suerte no hay un solo profesional
de enfermería que crea que la enfermería es una profesión dada, todxs, creo,
sabemos que las luchas son inacabadas. La modernidad incluso es puesta en
entredicho, hoy se problematizan las nociones de modernidad y racionalidad y
efectivamente enfermería tendrá que hacer este esfuerzo, sin embargo, no es un
empeño fácil, pues si hay algo que está claro es que la enfermería nació
moderna. Quizás es este sentido el que nos ha hecho realizar un giro en la
mirada y centrar la nuestros debates en lo que por siglos hemos llamado la
esencia de la enfermería: el cuidado, este más antiguo que tu leyenda mi
estimada Florence y ligado al mismo nacimiento de la vida humana.
Pero, por qué esta vuelta a
la mirada. ¿Quizás tiene que ver con el cansancio de no ser reconocida la
enfermería en su justa medida? O ¿con el agotamiento de la lógica de la
profesión que resulta incompatible con el cuidado a la vida y a la incesante
búsqueda de humanizar la atención en salud? o simplemente, ¿Es parte de las
transiciones necesarias?
Por un lado, si rememoramos
a Adam Smith (Dingwall, 2004) y su aporte a las profesiones liberales,
recordaremos que hay dos elementos que motivaban a las personas a ingresar en
estas, una el reconocimiento económico o salario, y otra, el reconocimiento social,
reputación o estatus; como es sabido, tu natalicio fue el pretexto perfecto
para qué las naciones unidas instaran a todo el mundo a homenajear la labor de
enfermería y partería para “lograr el reconocimiento y status que ambas
profesiones merecen” (OMS, 2020), pero además, después de tanto tiempo el
homenaje, sin precedentes históricos, aparecía en la necesidad de las naciones
y sus apuestas de desarrollo y como su primera línea de acción “Sin enfermeras
y matronas no lograremos los Objetivos de Desarrollo Sostenible ni la cobertura
sanitaria universal”. (OMS, 2020)
Queda claro, que el
reconocimiento de estatus entraba por fin a jugar su papel en la historia, casi
dos siglos, y por fin el mundo entero nos reconocía. Paradójicamente, entrado
el 2020 el primer llamado de la OMS parecía sacado del enternecedor
cumplimiento, como parte de la improvisada forma de valorar el cuidado, y como
un presagio de los aplausos que llegarían más tarde, los directivos de la OMS
harían “un llamado a los pacientes a agradecer a las enfermeras y las matronas
su trabajo con “una flor, una tarjeta o una publicación en las redes sociales”.
(OMS,2020) (p.d.: quizás en otra carta te hable de las tecnologías de la
comunicación, más aun por lo que te contaré a continuación).
Las reacciones no se
hicieron esperar, estaba bien el reconocimiento a la reputación y status, pero
no era suficiente con los dulces consuelos de quienes ya lo reconocían a
diario, -los pacientes- era necesario un compromiso político que se viera
reflejado en salarios, educación posgraduada y su remuneración acorde, mejor
contratación, participación gremial, mejor ratio enfermerx-paciente, entre
otras, por lo comentado en algunos tweets, la propuesta parecía absurda, no
ética, innecesaria, o simplemente, una mala idea, que engrosaba quizás los
estereotipos de la mal entendida vocación por el cuidado.
Como veras Florence, la
lucha por los alcances de la profesión que Adam Smith sostuvo siguen siendo
parte de las luchas de lxs enfermerxs. Sin embargo, esta búsqueda ha traído un
cúmulo de consecuencias que apenas podemos vislumbrar. Por un lado, nuestra
carrera por la “cientificidad” impactó en el reduccionismo de todo conocimiento
desde las epistemes positivistas, monismo metodológico y una creciente
industria de publicaciones que generan: autorías bastardas (Amezcua, 2018)
falsos self académicos (Berliner), fraudes científicos, entre otras, imagino,
reconoces sus consecuencias. Por otro lado, la formación de profesionales de
enfermería centrada en “la ciencia”, la medicalización y en la una gran pericia
técnica, se acompañan de un currículo oculto centrado en valores de
competitividad (Arredondo y Siles, 2009), patológico centradas, estética –
insinuada en el uso correcto de un uniforme en persistencia de ciertos elementos
simbólicos de lo femenino, religioso y militar-, y dureza o trato impersonal
(para no involucrarse, no llorar, y “ser profesional”) que podrían estar en la
base de la llamada deshumanización del cuidado. Así, nuestra búsqueda por ser
cada día más profesionales entra en tensión con nuestra esencia, y nuestra
esencia, el cuidado, cada vez es menos reconocido en sociedades modernas,
coloniales, globalizadas y capitalistas.
También todo esto puede ser
el momento caótico que toda transición, cambio o transformación necesita y que
nos invita a defender la delgada línea o frontera que señala el camino a
epistemes distintas que den el valor necesario al cuidado de la vida ofrecido
por enfermerxs, un cuidado que no compite, sino al contrario, es capaz de
reconocer la pluralidad de saberes, la historicidad de lxs sujetos de cuidado,
la posibilidad de construir diálogos proactivos entre prácticas, métodos y
discursos. (Sousa, 2007), así el cuidado obtendrá un valor que se da, pero
no se agota, en el reconocimiento y legitimidad social político y salarial.
Durante mucho tiempo creímos que la
ciencia y la economía productiva sostenían la vida, y hoy más que nunca no
podemos negarnos a ver que son los cuidados en casa, el afecto materno, y el
sacrificio de unas mujeres lo que sostienen todo. ¿Qué pasaría si en casa no
hubiese quién cuidara? Son los cuidados, siempre han sido la base de la vida,
de la interrelación de lxs sujetos, ¿podremos como profesionales apaciguar
nuestro afán de teorizarlos o hacerlos “científicos” para ponerlos en lógicas y
lenguajes inalcanzables, permitiéndoles que emerjan, que hagan presencia, no
para la ciencia, sino para la vida?
Florence, en nuestro
año, en el que las naciones se unieron para reconocernos, tenemos que enfrentar
que nuevas luchas empiezan, mientras que otras continúan y cada vez se
diversifican más, y lxs enfermerxs pelean con las herramientas que tienen. Este
año, como una jugada del destino en honor a ti, hemos vuelto a las trincheras,
a la primera línea, al simbolismo del lenguaje de la bélico, a la metáfora de
la guerra; y con éste, los miedos y la incertidumbre que se pueden esperar de
cualquier batalla. El enemigo común un invisible, un virus que ataca sin
piedad, que no se puede contener, y que acrecienta o hace más visibles, otras
enfermedades de base: la violencia, la corrupción, la pobreza, el hambre y la
exclusión. En mi país, los feminicidios,
las muertes de líderes sociales, y las violencias siguen presentando un pico
alto, no hemos logrado aplanar, ni siquiera atenuar la curva, y creo que apenas
empezamos a ver la punta del iceberg. Y, mientras tanto, la corrupción y la
codicia no creo que encuentren aún su máxima expresión, desafortunadamente. Por
lo menos, como afirma Canclini (2020) “esta pandemia es un punto de inflexión
que abre la posibilidad de hablar de todos los dramas que estamos viviendo.”.
Las opciones ante estos males son tan
reducidas como las que existen frente al virus, curiosamente hemos convivido
con ellas centeneras de años, y hoy nos empecinamos en remediarlas en una
cuarentena (por suerte, se conceptualizó como un período de tiempo no
específico). ¡Remediar problemáticas históricas en una cuarentena no es
posible!, -pensarás y con razón- y déjame decirte, que lo creo menos posible si
se pretende a través de la caridad disfrazada de solidaridad…Pero creo que
después de más de 200 años de capitalismo, individualismo, patriarcado, no
sabemos cómo ser solidarios, como actuar ante la rabia, indignación y
frustración, sin ser más que humanos y con las fuerzas que tenemos. Por eso me
pregunto, mi estimada Florence, ¿cómo un virus puede despertar acciones frente
a problemas que han sido históricos (hambre, miseria, desigualdad)? ¿por qué
ahora y no antes? ¿Es un impulso para reparar los daños?, creo y con temor a
equivocarme, la solidaridad en pandemia se acrecentó, porque nos dio tiempo
para pensar y ver a los otrxs, pero pocas herramientas para actuar con lxs
otrxs.
Alguien me preguntó si toda esta
situación serviría para ser más solidarios o no, muy acorde con el pesimismo
que me caracteriza, -le contesté: la discriminación a la que hoy sometemos a
lxs profesionales de la salud, esta nueva forma de exclusión, podría ser la
respuesta.
Entre tanto, podemos decir que esta es una forma en
que improvisamos ante la incertidumbre, pero que aún hay mucho que decir, y
matizar sobre esto; pero creo que es posible hacerle frente con creatividad,
hagamos de la pandemia, una pandemia de oportunidades, pues como tú siempre
hacías mi buena Florence, abriremos una ventana, una metafórica, por donde
entre y se escape la luz.
Lamento extenderme tanto en mi
comunicación, pero creo que no volveré a tener esta oportunidad.
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